El mundo se consumió por si solo y
mientras todo terminaba un ser, un ser que cada religión acogió a su antojo.Unos hablaron de el como el diablo, otros un redentor eso al final no importo. Sentencio las siguientes palabras ante el mundo entero antes de nuestro final
"Lo mas valioso de la humanidad, lo único que les permitió crecer desde su
interior y afrontar su existencia con voluntad, lo convertiré en una enfermedad
y así sus corazones serán testigos de como algo tan preciado cambia lo que una
vez llamaron humanidad"
Tal vez simplemente nos castigaba, o solo cumplia un capricho jamas lo sabre, solo se que lo hizo y todo cambio. Las guerras crecieron, el odio fue como un cigarrillo en un bote de polvora, la hambruna el miedo y el recentimiento se convirtieron en el pan de cada dia, las grandes mentes del mundo no lo entendian y pensaron que habia cosas mas importantes, que curar una extraña enfermedad que no podian explicar.
Y así acabo nuestra existencia,
todo se vino al carajo todos comenzaron a odiarse y nadie sabia por que o como,
pero no había marcha atrás nadie conocía algo diferente. Es el presente de cada
niño, mujer y hombre en este mundo odian a una persona determinada aquella a la
que una vez amaron, nos robaron el amor, no sabemos por que simplemente es así,
el odio no nos deja actuar nos hemos vuelto incapaces de reflexionar en el por
que solo pensamos en que algún día en el pasado, todo fue mejor.
Veo su sombra por el pasillo del jardín.
Desde el segundo piso como desearía lanzarme.
Comienza a llover. Maldita sea-
musito. ¿Que más falta? Su silueta aparece detrás de la puerta. Odio su chueca
sonrisa y su olor casi perpetuo a rosas. Al menos la lluvia apago su maldito
cigarrillo.
-¿Estas solo?- dice ella, -Tres
años, ¿esperabas algo distinto hoy?- ¿Porque la agresión?- Te atreves a
preguntar, ¿eres idiota o que? -Vine a curarte- sentencia finalmente.
Mis ojos se abren tanto que la
endeble vela en la habitación parece un faro. Mi corazón se acelera casi lo
puedo sentir golpeando mi tórax. -¿Co-co-mo?- apenas y puedo decir. Señala su
bolsa.
Antes si quiera de poder preguntar,
la saca, negra y brillante la sostiene como si de un recién nacido se tratase.
No puedo disimular mi cara de
asombro. ¡Un arma! ¿Pero que esta pensando? No entiendo. El silencio reina en
la sala.
-Yo también lo necesito, no puedo
vivir así. En Europa alguien lo intento y creo que funciono.
No puedo decir nada. ¿Intentar que?
¿Que tiene que ver el arma con la cura?
-Lo único que tienes que hacer, es
disparar.-Dice mientras toma mi mano y la coloca en su pecho. -Aquí y todo
acabara. El dolor se ira y dejare de sentir.
-Tiene que haber otra solución no
seas estúpida. Trato de detener todo ya no quiero nada de esto. Me alejo de ella me repugna la idea, pero me seduce el resultado.
-Por favor-susurra. Mis ojos se
llenan de lágrimas, los cierro constantemente para detener la sensación y no puedo.
¿Que ocurre?
-¡Tiene que haber otra solución! En
verdad no entiendo porque duele tanto hasta respirar, cuando tu no estas. No
entiendo porque al anochecer tu rostro es lo único que veo en la oscuridad.
Odio sentirme así tal vez algún día sabia por que, ahora solo duele. Lo único
que hago es pensar en ti. Pareciera que haga lo que haga estas ahí.
-¡Solo déjame ir! contesta sollozando.
-Y así no sentiré lo mismo, estoy harta de ti, y soñar que algún día acabara.
Estoy harta de pensar en ti ¿si?, lloro para conseguir expiar esto que
arde en mi pecho.
-Tienes razón, tiene que acabar-.
Tomo el arma de sus manos. Decidido a acabar con el tormento de mi corazón. Me
acerco a ella, esta temblando, tiene miedo se le nota en el rostro.
No sé que hacer, la habitación es
pequeña pero helada o tal vez sea mi sudor por todo mi cuerpo.
Tomo el arma, esta húmeda, mis
palmas no dejan de sudar. Ella tiene razón esto debe terminar, para siempre.
Sus ojos se cierran y cae de bruces
al suelo. Solo tengo que apuntar y jalar el gatillo.
-Todo estará bien, todo estará
bien- le susurro al oído, mientras cierro sus ojos, es lo menos que puedo hacer
antes de seguir con esto.
En un arranque de valor fugaz, la
coloco en la sien, mi sien y disparo.
-¡No!-Alcanzo a escuchar.
Un golpe en mi cabeza y un escozor
mi cabello esta quemado.
-Idiota-, -¿Que... paso?- pregunto
confundido, mientras me limpio el cabello y la sangre que abrio la falsa bala.
-No sabría si fuese verdad, si era
un engaño si alguien podría hacer algo así.-conjura despacio.
-Salva bala de salva- arrojo el
arma la tomo en brazos y la coloco en mi pecho.-Jamás, jamás podría vivir sin
ti, mi mente se bloqueo de siquiera imaginármelo...
-Tal vez eso sea- Noto un brillo
muy especial en sus ojos.
-¿que?- pregunto- lo que alguna vez
llamamos, amor- contesta justo antes de besarme.
Esa fue mi cura, re-descubrir el amor.